



El Centro Intercultural para el Decrecimiento y la Organización Comunitaria cidoc, Cuernavaca, inicia sus actividades en colaboración con el cidoc, Barcelona, este 8 de noviembre de 2016, con la presentación de la Antología. Iván Illich, un humanista radical, en la Casa América en Barcelona. Esta obra fue publicada por Ediciones La Llave, Barcelona 2016.
Actividades del cidoc Cuernavaca en 2016.
Se iniciaron las actividades del cidoc, Cuernavaca en 2016, al impartirse el Seminario colombo mexicano: Iván Illich, un humanista radical en dos sedes y calendarios complementarios:
Amistad, política y comunidad.
Poco antes de morir, en una plática informal con un grupo de jóvenes, Iván Illich les comentó:
"No creo que la amistad pueda florecer en la actualidad fuera de la vida política. Si en este mundo de la tecnología queda aún para nosotros algo así como una vida política – comenzaría con la amistad.
Mi tarea por tanto consiste en cultivar amistades disciplinadas, cuidadosas, sabrosas, en las que uno se niega a sí mismo... Porque quizás en esto podemos encontrar lo que el bien es... Esto va más allá de cualquier cosa de la que la gente está hablando, diciendo que cada uno de ustedes es responsable por las amistades que puede cultivar, porque la sociedad sólo será tan buena como el resultado político de estas amistades.
Pienso que si tuviera que escoger una palabra a la que pueda asociarse la esperanza sería hospitalidad. Practicar la hospitalidad – recuperar el umbral, la mesa, la paciencia, escuchar, y desde ahí generar almácigos de virtud y amistad, por una parte – y por la otra irradiar hacia comunidades posibles, para que la comunidad vuelva a nacer."
Gustavo Esteva. Iván Illich para el México de hoy, Revista Crítica de la cultura del progreso capitalista. Año 1, No. 1
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Debe entenderse claramente que el currículum oculto de las escuelas traduce la enseñanza de una actividad en una mercancía cuyo mercado lo monopoliza la escuela. El nombre que ahora damos a esta mercancía es «educación», producto cuantificable y acumulativo de una institución profesionalmente diseñada denominada escuela, cuyo valor puede medirse por la duración y lo costoso de la aplicación de un proceso (el currículum oculto) al estudiante. El graduado de una universidad local y el que recibe un título de una universidad famosa podrán haber adquirido 135 créditos en cuatro años, pero están totalmente conscientes del valor diferencial de su acervo de conocimientos.
En todos los países «escolarizados» el conocimiento se considera como artículo de primera necesidad para la supervivencia, pero también como una forma de moneda más líquida que los rublos o los dólares. Nos hemos acostumbrado, a través de los escritos de Karl Marx, a hablar de la enajenación del obrero por su trabajo en una sociedad clasista. Debemos ahora reconocer el alejamiento del hombre de su aprendizaje cuando este se convierte en producto de una profesión que aporta servicios y él se convierte en el consumidor.
Las escuelas libres, para que realmente lo sean, deben cumplir con dos condiciones: primero, deben dirigirse de manera que se evite la reintroducción del currículum oculto de asistencia graduada y estudiantes autorizados que estudien a los pies de maestros autorizados. Y, más importante, deben proporcionar un sistema en que todos los participantes, personal y alumnos, puedan liberarse de las bases ocultas de una sociedad escolarizada. La primera condición queda frecuentemente estipulada dentro de los objetivos de una escuela libre. La segunda, solo se reconoce en raras ocasiones y es difícil definirla como objetivo de una escuela libre.
A primera vista, cualquier generalización sobre las escuelas libres parece aventurada. Especialmente en Estados Unidos, Canadá y Alemania en 1971, son las mil flores de una nueva primavera. Pero sobre estas empresas experimentales que pretenden ser instituciones educativas, pueden hacerse algunas generalizaciones. Sin embargo, debemos primero tener una idea más clara de la relación entre la escolarización y la educación.
A menudo olvidamos que la palabra educación es de reciente cuño. No se conocía antes de la Reforma. La educación de los niños, como ya lo he referido, se menciona por primera vez en francés en un documento fechado en 1498. Fue el año en que Erasmo se estableció en Oxford, cuando a Savonarola lo mataron en la hoguera en Florencia, y cuando Durero esbozó su Apocalipsis, que nos transmite el sentido de destrucción que existía al final de la Edad Media. En lengua inglesa la palabra education hizo su primera aparición en 1530. El año en que Enrique VIII se